Otra conspiración
No teníamos bastantes conspiraciones danzando por las redes y los medios y me encuentro una, para mí, nueva. Se trata de los que piensan que todas estas masacres en realidad no han existido, que se trata de actores que fingen haber muerto o que sus hijos han muerto y que manifiestan su indignación por tales muertes. Quién mueve los hilos ya no está tan claro, pero piensan que se trata de lo que otros llaman el “Estado profundo”, esas instancias de poder estable por encima de los gobiernos que pasan mientras ellos permanecen. Lo que pretenden es obvio: sumir al pueblo en una tiranía. Desarmarlos, someterlos, sojuzgarlos. Por eso han llegado a preguntar en una entrevista a un superviviente si era un actor.
Como todas estas teorías, son insensibles a los hechos. Siempre pueden contra argüir o dejar de lado los posibles hechos que desbaratan la teoría y abrazar únicamente aquellos que la soportan. No es un caso, como digo, único. Pero reconozco que este no me lo esperaba.
(Añadido el 23: un caso práctico, el de David Hogg, que cuenta Le Monde)
(Añadido el 23: un caso práctico, el de David Hogg, que cuenta Le Monde)