Feliz año nuevo

Para todo el mundo, ya que pensar que el único cómputo posible sea el “gregoriano” son ganas de mantener el eurocentrismo. No se olvide que estamos, en el calendario judío, en el  año 5778, para los hinduistas en el 5119, los budistas cuentan el año 2561 y los musulmanes el 1439. Pero hoy ingresamos en el año 4716, Año del Perro de Agua. Mi repaso por los diferentes horóscopos que pueblan el ciberespacio no me ha dado una idea clara sobre lo que se puede esperar este año. Sí me la ha dado el último Comentario (el 467) publicado ayer por Immanuel Wallerstein dedicado a la geopolítica de este siglo (supongo que, como suelen hacer, La Jornada, México, lo publicará traducido). Característica general: la fluidez. La inestabilidad, añado. O, lo que él llama “crisis estructural”.
La China aparece en el texto nada más empezar y junto a Rusia. A diferencia de la estabilidad de la Guerra Fría, ahora son los Estados Unidos los que tienen que ir adaptándose a lo que estas potencias plantean de forma que se obtenga su cooperación para seguir adelante con los objetivos estadounidenses. 
En su zona, sin duda, está la cuestión de Corea del Norte, importante para dos aliados de los Estados Unidos, a saber, Corea del Sur y el Japón. Curioso, añado, que desde la potencia todavía hegemónica no se vea con entusiasmo pacifista los pasos de acercamiento entre las dos Coreas. Igual es que los objetivos estadounidenses son otros: tener un enemigo claro y enfrentado a aliados. Todo quedaría claro.
Lo que no queda claro, prosigue el texto, es Oriente Medio (de nuevo, ese curioso eurocentrismo ya que, para los australianos o neozelandeses difícilmente se puede entender dicho nombre como geográfico: es su Occidente ya que para ellos el Oriente son los Estados Unidos). Copio y pego (y envío al lector a la entrada del blog de Álvarez-Osorio aquí en el margen derecho):

Or take the even more knotty situation in the so-called Islamic world going from the Maghreb to Indonesia, and particularly in Syria. Each major power in the region (or dealing with the region) has a different prime “enemy” (or enemies). For Saudi Arabia and Israel, it is at the moment Iran. For Iran it is the United States. For Egypt it is the Muslim Brotherhood. For Turkey it is the Kurds. For the Iraqi regime, it is the Sunnis. For Italy, it is Al Qaeda, which is making it impossible to control the flow of migrants.

Fluidez, pues, pero con negros augurios finales. La posibilidad en el terreno de las armas nucleares de “accidents, or mistakes, or folly”, con lo que se resolverían, añado, todas las perplejidades anteriores y, si se produjera tal eventualidad a una escala apropiada, la desaparición de los que pueden quedar perplejos ante esta fluidez.